" AQUELLOS QUE SUEÑAN DE DÍA COMPRENDEN MUCHAS COSAS QUE ESCAPAN A LOS QUE SUEÑAN SÓLO DE NOCHE". E.A.Poe
Entra sin llamar y sueña...

7/5/15

MAKTUB, Paulo Coelho.

Maktub, palabra árabe que significa "está escrito". 

Según su autor, "Maktub no es un libro de consejos, sino un intercambio de experiencias".

En este pequeño, pero maravilloso libro, podemos encontrar una recopilación de las columnas diarias de Paulo Coelho en el periódico Folha de S. Paulo. 
Historias, parábolas y experiencias inspiradas por fuentes y folklores de varios lugares que recogen sabiduría de distintas culturas.
Sin duda, nos brinda enseñanzas que nos hará reflexionar sobre nosotros/as mismos/as.


El monasterio a orillas del río Piedra está cercado por una linda vegetación, un verdadero oasis en los campos estériles de esa parte de España. Allí, el pequeño río se transforma en una caudalosa corriente, y se divide en docenas de cascadas. El viajero camina por ese lugar, escuchando la música del agua. De repente, una gruta, bajo una de las cascadas, llama su atención. Mira detenidamente la piedra gastada por el tiempo, las bellas formas que la naturaleza crea con paciencia. Y descubre, escritos en una placa, los versos de R. Tagore:
"No fue el martillo el que dejó perfectas estas piedras, sino el agua, con su dulzura, su danza, y su canción. Dónde la dureza consigue destruir, la suavidad consigue esculpir". 

Río Piedra. España

LA ESCUELA DE LAS FLORES. R. Tagore.

Este domingo pasado, 3 de mayo, celebramos el día de la madre. Con este maravilloso cuento del poeta bengalí R. Tagore quiero rendir homenaje a todas las mamás del mundo, a las que están y a las que no están físicamente con nosotros/as pero que nos acompañan día y noche en el pensamiento.
LA ESCUELA DE LAS FLORES. R. Tagore.
Cuando el cielo tempestuoso ruge sordamente y caen los chubascos de junio, el húmedo viento del este camina a través de los brezales para tocar la cornamusa entre los bambúes.
Entonces, innumerables flores se abren de súbito; nadie sabe de dónde han salido, y se las ve bailar locamente sobre la hierba.
Madre, estoy seguro de que las flores tienen una escuela bajo tierra.
Cuando hacen sus deberes las puertas se cierran, y si antes de que sea la hora quieren salir para jugar, el maestro las manda castigadas al rincón.
Tienen vacaciones cuando llega la época de las lluvias.
Las ramas entrechocan en el bosque y las hojas se estremecen con el viento furioso, las gigantescas nubes dan unas palmadas y las niñas-flores salen corriendo, con sus vestidos rosados, amarillos y blancos.
¿Sabes, madre? Las flores viven en el cielo, como las estrellas. ¿No te has fijado qué deseos tienen de llegar allá arriba? ¿Y sabes el porqué de tanta impaciencia? Yo sí, yo adivino hacia quién tienden sus brazos: las flores tienen, como yo, una madre.